La historia del primer beso

Con una leve
ilusión en el pecho, dejaste atrás aquel rincón ke de niño te vio crecer... Te fuiste en busca de
nuevos rumbos, echando al hombro tu actitud viajera y una merienda con las migajas de un corazón partido.
Tiraste al viento los recuerdos de un
pasado incógnito, frío y marchito, para refrescar tu rostro en
manantiales de aguas
celestes como cielo, celeste
como yo!
Un día de tantos te vi venir, con el corazón anonadado te seguí...
Cautelosa me acerqué, con miradas inquietantes me presenté!
-¿Eres nuevo por acá?- te pregunté.
-Mucho gusto, me llamo Tati-
-El gusto es mío- Con ese acento josefino ke te caracteriza
Con el pasar de los días una ilusión crecía descontroladamente, tanto así, ke el miedo se apoderó de este sentimiento. Miedo al amor, miedo a no ser correspondida,
miedo a saber ke eras el primero.
Ocupabas página a página, una a una, de principio a fin, cada línea de
mi diario. Con historias que guardan el ayer de una manera tan genuina, tan inocente!... Sabías ke al final de cada hoja siempre ponía lo mucho ke te amaba y lo ansiosa ke me ponía por volverte a ver,
lo sabías?

Una tarde de
abril, nuestros labios se unieron por primera vez, 2 corazones queriendo eternizar aquella pureza ke brotaba de nuestros ojos.
Con cada parpadeo se intensificaba la magia de aquel
primer beso, primer caricia,
primer amor...
Mi aliento fue fiel
testigo de la inmunidad de tus besos. Te acuerdas? Tu corazón se dejó sanar y así fue como todo empezó a surgir. Me regalaste
días, meses, años de felicidad infalible.
El sol dejó de brillar en nuestra
esencia interior, regalándonos tormentas sobre todo aquello ke construimos con gran esfuerzo. Sucumbiendo cosechas de amor, lluvias de
besos insípidos, desboronando lo ke llegamos a ser con tanto esmero.
Una vez más la vida nos hizo comprender ke lo ke te da, también te lo quita.
Las razones juegan un papel insignificante, ante los hechos ke ambos cometimos. Si ya pasó... Las acciones hablaron...
Me hiciste la mujer más feliz, pero el amor se marchita, al igual ke los besos.
Nos alejamos, pero solo por un tiempo... Tú volviste a un antiguo hogar, Coronado. Donde el frío te cicatrizó las heridas provocadas. Yo, yo sigo aquí...
No, definitivamente
no me arrepiento! Cuesta ver la belleza de los errores, pero si abro bien los ojos, me doy cuenta ke fueron grandes oportunidades en su momento, y gracias a eso,
gracias a ti aprendí a ser más fuerte y sabia.
Nunca serás un recuerdo lejano, serás una
memoria viva! Y si le ves el lado bueno, te podrá ayudar, y me podrá ayudar!